Sumisión – Michel Houellebecq

No argumento cosas que considere falsas solo para poner nerviosos a los demás. – Michel Houellebecq

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A estas alturas no vamos a descubrir nada nuevo al decir que Houllebecq siempre se pasea cogido de la mano de la señorita “polémica”, pero en esta ocasión el azar jugó un papel crucial.

Sí, la premisa de Sumisión es lo suficientemente provocadora como para no necesitar de aditivos: en el París de 2022 el partido islamista gana las elecciones. Boom. Un autor acusado anteriormente de islamofobia ofrece una distopía que para algunos asusta lo suficiente como para dar alas a la extrema derecha. Houllebecq, como siempre, se defiende afirmando que él no toma partido.

Y después de leer el trabajo, por mi parte, le doy toda la razón. Él no nos intenta convencer o enseñar nada nuevo sobre ninguna ideología.

Pero si a todo esta controversia tan habitual en el autor, le sumamos que el último trabajo del enfant terrible de Francia llegó a las librerías el mismo día del trágico atentado contra Charlie Hebdo, que se hablara de él era ya inevitable. Hasta las personas más alejadas del mundo literario oyeron su nombre debido a la repercusión mediática que tuvo esta perversa casualidad.

Demasiados fuegos de artificio para una novela que tiene todas las características que han convertido al francés en una estrella literaria, sí; pero en la cual su provocación religiosa no va mucho más allá de la hipótesis inicial.

Y es que Sumisión es una novela mucho más fría y sutil de lo que pueda intuir el lector, víctima del bombo mediático surgido por todo lo anteriormente mencionado. Todo ello a pesar de que siga siendo una novela molesta, atrevida, en cierta manera imprudente y en ocasiones desconcertantemente divertida.

Pero también es reflexiva, fatalista, melancólica, densa, derrotista, misántropa, amargada y desesperada.

Se podría decir, en pocas palabras, que es houellebcquiana.

Es houllebecquiana porque nos volvemos a encontrar con un protagonista culto pero apático, alejado de la realidad y harto del sinsentido de la existencia humana. Un misántropo con carencias afectivas y frustraciones sexuales desencantado con su propia vida; a pesar de estar viviendo un éxito intelectual considerable.

François es un profesor de literatura que realizó una glorificada tesis sobre Joris-Karl Huysmans, siendo este autor su especialidad. La elección de este escritor no es fortuita. Huysmans vivió ajeno a la realidad política de su época y se refugió en la religión (cristianismo) en busca de paz espiritual.

Así, vemos en François una especie de reencarnación de Huysmans, siendo ésta la persona que más cerca sienta de su realidad. Francois, insociable y retraído (como la mayoría de los protagonistas del francés), se siente más alejado de sus contemporáneos que del protagonista de su tesis.

Es houllebecquiana porque atiza sin contemplaciones a sectores con cierto estatus social. Tales como el universitario, el político o el de los medios de comunicación.

Houellebecq, que ha precisado de ayuda externa para hablar de las universidades (léanse los agradecimientos), las describe como zonas donde la autocomplacencia es omnipresente, la autocrítica brilla por su ausencia y que pese a su aura intelectual, es también un lugar apto para la mediocridad más despreciable.

También apunta con acierto a la cada vez mayor distancia entre la representación política y la sociedad de a pie, distancia que está destruyendo Europa. Y consecuentemente, tambien nos habla de una prensa al servicio de la minoría que no hace más que agravar la situación.

Y como no, el francés también reprueba la pasividad del pueblo ante los disparates que ocurren a diario, haciéndonos comprender lo equivocados que estamos si creemos que no tenemos ninguna responsabilidad sobre el mundo que estamos construyendo. Abriéndonos los ojos para que veamos lo equivocados que estamos al creer que todo esto no va con nosotros o que no nos va a afectar.

Y ante esta trágica realidad, se nos ofrece la religión como una válvula de escape viable. Una forma de encontrar una paz y una felicidad imposible de alcanzar en un mundo tan caótico e impredecible.

Y es que los que critiquen la novela sin leerla, valorando solo su provocador punto de partida, fallarán como una escopeta de feria. Muchas de las reflexiones que se esconden entre los personajes de Sumisión, vapulean el laicismo europeo, defendiendo que el progresismo y las libertades logradas mediante el mismo, nos han alejado de la felicidad. Ya que la falta de fe y la no creencia en la eternidad, han creado un hueco que ni el consumismo más despiadado es capaz de sustituir.

Y como el catolicismo ha perdido fuerza por querer “adaptarse” al progreso europeo, no queda más que el Islam como religión salvadora del fatídico futuro que nos espera. Es decir, se reconoce el Islam como la única religión que puede lograr la renuncia del progreso para recuperar valores desaparecidos que antaño eran eje central de la sociedad.

Así, son varios los personajes que defienden la sumisión como el estado ideal del ser humano para ser feliz. La sumisión del hombre ante Alá y la sumisión de la mujer ante el hombre (la poligamia, su salida del mundo laboral). La sumisión como forma de vida.

Pero repito, tan absurdo es criticar a Houllebecq por islamófobo sin leer la novela, como tildarle de machista, misógino o conservador tras leerla. Recordemos que es ficción y son sus personajes los que hablan. No él. Y sino, también habría que tener en cuenta sus «palabras bonitas» en el transcurso del relato.

Si la especie humana es un poco apta a evolucionar, se debe a la plasticidad intelectual de las mujeres. El hombre, por su parte, es rigurosamente ineducable.

El francés, como ha repetido en muchas ocasiones, no toma partido.

Y por supuesto, Sumisión es houllebecquiana por su escritura sencilla, lejos de cualquier ostentación narrativa o literaria, haciéndonos sentir muchas veces que estamos ante una crónica más que ante una novela de ficción política. Y como suele ser también habitual en el autor, por momentos sentiremos que las páginas de Sumisión son mini-extractos de ensayos sobre temas tan diversos como la religión o la fe, la masculinidad, la literatura francesa, la política, la sexualidad, etc.

Alguien que haya leído a Houellebecq no se sorprenderá si le digo que Sumisión en ocasiones parece un ensayo disfrazado de novela.

Puede que no sea la mejor novela del francés, debido en gran parte a un bajón de ritmo en el segundo tercio de la novela; pero sí considero Sumisión como una lectura muy aconsejable, como cualquier página que sufra la pluma del francés.

Y en esta ocasión también me atrevería a describirla como una obra necesaria. Una novela que agita al lector, lo despierta de un mal sueño y lo hace reflexionar sobre varios aspectos de los que todo el mundo debería pensar aunque solo sea un poco. Porque hay una cita del escritor francés que se podría aplicar ante cualquiera de sus trabajos.

Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus llagas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte.

Puntos positivos:

– Obra muy reflexiva, inquietante y que incita el debate debido a la ambigüedad ideológica con la que es tratada.
– Más allá de la polémica, hablamos de una novela sutil y en cierto modo fría, que no vende ideas, sino que las expone.

Puntos negativos:

– Falla el ritmo hacia la mitad del libro, el cual se recupera cual Ave Fénix con un tramo final muy bien construido.
– Es Houellebecq, no deja indiferente y por lo tanto no es un trabajo para todos (aspecto que para sus seguidores será positivo, por supuesto).

Valoración: Muy buena.

El regreso de la religión no es un eslogan y está en ascenso. – Michel Houellebecq

14 Comments

  1. Le tengo muchísimas ganas! Aunque voy con algo de prudencia.. Por un lado me encanta que sea un libro reflexivo pero por otro me da miedo mi relación de amor-odio con las distopías… Si se pasan al final se me hacen poco creíbles.
    Tendré que quitarme el dilema leyéndolo. 🙂 gracias por la reseña!

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    1. Es una distopía muy especial. Tanto que quizás no sea la mejor etiqueta a la hora de describir la obra. Probablemente “política-ficción” se acerque más a lo que realmente es Sumisión.

      El libro enmarca la historia en esa hipotética situación para que los personajes reflexionen sobre diversos temas como las religiónes, el progresismo, la política, el laicismo europeo, etc.

      Es casi una excusa para que Houellebecq vuelva a compartir (una vez más) su pesimista y trágica visión de la naturaleza humana. En este caso, apoyándose en el deseo de sumisión de nuestra sociedad.

      Muchas gracias por pasarte y ya nos contarás.

      Un abrazo.

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  2. Muchísimas ganas de leer un libro tan revelador y atrevido! Sin duda me lo voy a apuntar porq tiene muy buena pinta! Me da miedo porq suelen gustarme mucho u odiarlas por completo.. Pero cn tu reseña me he animado!

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    1. Sí, desde luego. Es difícil que un trabajo de Houellebecq deje indiferente a nadie. Estoy seguro de que acabarás sintiendo una de las dos cosas al terminarlo, jajaja.

      A pesar de lo reflexiva que es (llegando a parecer un ensayo en ocasiones), no es muy pesada, por lo que te invito a que le des una oportunidad.

      Es un trabajo valiente y provocador, pero sería injusto limitarse a decir solo eso del libro. Considero al francés como un talentoso analista de nuestra disparatada existencia.

      Pero bueno, si finalmente te animas, ya nos contarás tu opinión respecto a la novela.

      Gracias por la visita, un abrazo.

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      1. Por supuesto! Voy a ver si esta en la biblioteca mañana 🙂 que me has despertado el interés! Esta reseña está genial! Además me llama la atención lo atrevido del autor y espero q me haga reflexionar!! 🙂 gracias de nuevo y u. Abrazo!

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    1. Si también te convence Sumisión no dudes en dar el salto a Plataforma o El mapa y el territorio.

      Bueno, a decir verdad, yo te recomendaría todos sus trabajos, que como bien sabes, el francés se encuentra entre mis escritores favoritos.

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      1. El mapa y el territorio creo que lo vi en la biblioteca cuando cogí el de Las partículas elementales. Así que si no encuentro el de Sumisión, me llevaré ese 😀 (o visto lo visto, cualquiera que tengan xD)

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