#leoautorasoct

Hoy traigo al blog un texto sobre mis lecturas de octubre. Como sabéis octubre es el mes para reivindicar la figura de la mujer en el ámbito literario, por lo que a continuación os hablaré de cuatro fantásticas obras nacidas de la pluma de escritoras que he tenido el placer de leer por primer vez. Y leído lo leído, os prometo que no será la última.

La azotea – Fernanda Trías.

La Azotea es la carta de presentación de la nueva editorial Tránsito, la cual, según las palabras de Sol Salama, publicará “narrativa literaria y salvaje, obras unidas a la memoria y a la primera persona y capaces de sacudir al lector”. Su primera publicación va en la línea de lo prometido, y la segunda, La memoria del aire, parece que irá por los mismos derroteros.

En La Azotea, Fernanda Trías narra el atrincheramiento de Clara, una joven madre incapaz de enfrentarse a nada que exista más allá de las cuatro paredes que edifican su casa. Debido la necesidad de protegerse ante la amenaza de lo exterior, Clara se encierra junto a su padre, su hija y un canario que vive doblemente enjaulado.

Una de las virtudes de La Azotea es lo mucho que logra con “muy poco”. La obra apenas necesita un escenario, cuatro personajes y poco más de un centenar de páginas para hurgar con fiereza en la susceptibilidad del lector. Trías indaga con maestría en ciertos tabúes llevando su historia a terrenos realmente perturbadores. La narrativa es como un río que va arrastrando toda la inmundicia que hay por su paso. Pequeños elementos que se van sumando paulatinamente hasta que ya es demasiado tarde para darse cuenta de lo lejos que ha llegado todo. La historia de una progresiva degradación del espíritu.

Son varias la fuentes de incomodidad del lector, pero ninguna tan eficiente como la relación entre los dos protagonistas, el padre y la hija, la cual abarca un amor de enfermiza dependencia; un odio salpicado de indiferencia y una culpa que se turna en posesiones. Esa tóxica mezcolanza desconcierta al lector y alimenta la kafkiana atmósfera de la novela.

Y es que la literatura no va sobre contar historias, el storytellying es otra herramienta de tantas, y aquí la narración cumple en su función de lograr ese “algo mayor”. La verdad de esta novela no se ubica en lo que se narra sino en el escenario emocional que entretejen las palabras de su protagonista.

Podría profundizar en su narración no lineal, el acertado uso de la primera persona o la exploración minuciosa del psique de la protagonista, pero dejo todo eso en vuestras manos, ya que como he mencionado previamente, La Azotea no es la historia de una loca, sino una obra de atmósferas y emociones que sacuden al lector.

Editado por: Tránsito
Páginas: 137

Cara de Pan – Sara Mesa.

Hace unas semanas recomendé por twitter leer La azotea y Cara de Pan, pero no hacerlo de seguido, ya que pese a sus OBVIAS diferencias se complementan de una forma extraña y las sensaciones del lector pueden difuminarse.

Esto se debe a que ambos trabajos indagan en tabúes, son traviesos y sus protagonistas no encajan en los cánones de la normalidad. Eso sí, el trabajo de Mesa es mucho más luminoso que el de Trías.

Cara de Pan también es un relato inquietante, pero su provocación es más sutil debido a que lo que Mesa hace no es narrar una historia perturbadora, sino poner en duda la mirada del lector. Hacernos ver que no siempre es sucio lo que vemos, sino nuestra forma de ver.

Mediante la historia de amistad entre una adolescente en plena crisis de identidad y víctima de acoso (de ahí proviene el “cara de pan” que da nombre al libro) y un extraño viejo obsesionado con los pájaros y Nina Simone; Mesa nos habla sobre la toxicidad de las ideas preconcebidas, las fronteras de la corrección social, la normalización del acoso en las escuelas o el complejo proceso de maduración en los difíciles años de la adolescencia.

Pero sobre todo, Cara de Pan pone en relieve la necesidad de no perder nunca del todo esa mirada inocente y libre de prejuicios que una vez tuvimos, la cual probablemente no nos permitirá cambiar el mundo, pero sí cambiará nuestra forma de mirarlo. Descubrir una nueva realidad observándola con nuevos ojos, como diría Proust.

Editado por: Anagrama
Páginas: 137

Apegos Feroces – Vivian Gornick.

Siempre he pensado que eso de “llegar tarde” a una obra es una soberana estupidez. Que un lector voraz no haya leído a Shakespeare, que un cinéfilo no haya visto las películas de Dreyer o que un melómano desconozca la existencia de King Crimson no me parece ningún pecado. Es por eso que suelo arquear mi ceja con desaprobación cuando veo a alguien recriminando no haber leído a, no haber visto x, etcétera.

Esta pequeña reflexión nace de haber descubierto a Vivian Gornick hace apenas un mes. Sólo ha pasado un año desde la publicación de Apegos Feroces aquí en España, pero en estos tiempos en los que todo se siente tan efímero e instantáneo es inevitable sentir que leer un libro de tanto éxito al año de ser publicado es una acción algo tardía.

Y pese a ello, me siento parte del entusiasmo de aquel momento. Recuerdo a toda aquella gente maravillada con Apegos Feroces y cómo en un pequeño espacio de tiempo hubo una especie de «efervescencia Gornick» que inundaba las redes. Después de haber leído Apegos Feroces entiendo y comparto esa fascinación.

Esta obra dividida en dos tiempos profundiza en la relación de Vivian Gornick con su madre. La mayoría de las páginas están dedicadas a las vivencias de una joven Gornick que se busca, se encuentra y se desencuentra en el duro camino de descubrir la mujer que quiere llegar a ser; y a las penas de su madre, mujer viuda y en duelo constante, incapaz de salir del pozo de tristeza en el que se sumergió ante la muerte de su marido.

La notoria presencia del vecindario hace que la lectura sea muy amena y el lector se sienta voyeur durante gran parte de la lectura, debido al realista, inteligente -y en ocasiones mordaz- retrato que hace la escritora de la vida en el Bronx.

De entre esos secundarios destaca la vecina Nettie, antítesis de la madre, la cual decide enfrentarse a su viudez con una apasionada (y excesiva a ojos de la madre de Gornick) entrega al sexo y a los hombres. Dicha enemistad ofrece los momentos más graciosos, y también más tensos, de este libro de memorias.

La narración del pasado en la que Gornick nos habla de sus amistades y amores se compagina con los paseos actuales que comparte con su madre, dotando a Apegos Feroces de gran fuerza literaria. El lector acabará yendo más allá de las complicadas relaciones entre madres e hijas, vecinos o parejas para encontrarse con un extraordinario libro sobre todos los sentimientos que cohabitan en la búsqueda de uno mismo.

Editado por: Narrativa Sexto Piso
Prólogo de: Jonathan Lethem
Traducción de: Daniel Ramos Sánchez

En las ciudades escondidas – Natàlia Cerezo.

La editorial Rata sigue sin defraudarme. Como viene siendo habitual en sus obras, me adentré en las páginas de En las ciudades escondidas sin saber muy bien que me iba a encontrar. La confianza que la editorial se ha ganado es tal que adquirí la obra sin saber nada sobre ella o su autora. Desconocía incluso que el libro de Cerezo era en realidad una colección de cuentos.

Y qué cuentos. Quince maravillosos relatos de gran riqueza interior donde lo cotidiano y lo extraordinario confluyen de una forma tan orgánica que se sienten parte de un todo.

Es curioso que, pese a la juventud de la autora, En las ciudades escondidas se sienta como un lienzo literario de recuerdos y nostalgias. Quince pequeñas historias impregnadas de ese sentimiento de añoranza que despierta cuando descubrimos fotos nuestras de antaño, en lugares y junto a personas que han dejado de existir en nuestras vidas.

Los relatos de Cerezo se sienten delicados e intimistas, pequeñas escenas recortadas de vidas ya vividas. Es por eso que no tienen principio ni final, pese a lo bien rematadas que están todas las historias.

Tanto es así que pese a ser una obra de apenas 170 páginas, recomiendo leerla con moderación, cerrando el libro al final de cada pequeña historia, para sentirla y vivirla, y que esos recuerdos nos lleven a los nuestros, porque todos hemos vivido grandes momentos: trágicos, bellos, excepcionales… en esa sucesión de sucesos a la que llamamos vida.

Editado por: :Rata_
Páginas: 169
Paratextos de: Inés Martín Rodrigo y Marta Orriols.

6 Comments

  1. ¿Tan sólo necesitas unas cuantas palabras para hacernos caer? ¡Qué habilidad posees y qué afín me siento a tu «arte»! ❤ No he leído ninguno de los libros, pero tras leer tus pequeñas reseñas, entendí que debo leerlos. Es más, tengo la sensación de que me inspirarían durante mi proceso de escritura. Qué pena que no esté viviendo cerca de una biblioteca (tal vez sea mejor así, claro…).

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      1. ¡A ti se te perdona todo! Muchas gracias por visitarme tan rápido y además molestarte en dejarme palabras tan bonitas.

        Si hay un verbo que no me importa que se repita «ad eternum» es el de leer, por lo que molestia ninguna eh, jajaja. Estaré atento a tus escritos, Diana, ya que viendo lo cuidado que tienes tu rincón, no dudo de que aquello que salga será bonito.

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  2. Ni que decir tiene que visitarte es un gusto John, no hay visita en la que no me descubras una lectura nueva o algún detalle de las que compartimos…,de verdad
    que, aunque en esta ocasión vaya con retraso (sorry!), son entradas que espero con emoción y muchas ganas ^_^.
    De tus lecturas de octubre no he leído ninguna. Tengo apuntada La memoria del aire, que empezaré en breve con ella. La azotea la he visto un montón en redes (por eso me apunté la otra primero). La editorial tiene pintaza, y da gusto que surjan proyectos tan bonitos para saciar nuestras ansias lectoras.
    Cara de pan, creo recordar que me la recomendaste al empezarla, de Sara Mesa no he leído nada, no sé si este es un buen libro para empezar con ella ¿tú que dices?
    Y apuntadísimo el de Natalia Cerezo, a mí también me está gustando mucho el catálogo que va formando la editorial rata, acabo de terminar La vida de Rebecca Jones y estoy enamorada completamente.
    ¡Un besote John!

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    1. Nunca es tarde para recibirte en mi querido rincón, Eibi, siempre eres bienvenida y siempre me despierta una tremenda ilusión verte acercarte por la mirilla.

      Esta noche empezaré “La memoria del aire” ya que la editorial Tránsito no podía haber arrancado de mejor forma, su propuesta me parece muy interesante y les seguiré la pista de cerca. Ya te contaré.

      Y sí, creo que Cara de Pan está muy bien para conocer a Mesa, y si te conquista Mala Letra y Cicatriz te estarán esperando.

      Otro punto que tenemos en común es nuestra admiración hacia la editorial Rata. Más después de leer a Cerezo. Te tomo la palabra, tengo un montón de libros que me gustaría leer antes de terminar el año, pero me obligas a hacerle un hueco a La vida de Rebecca Jones.

      Y creo que Apegos Feroces es muy «tú», me extrañaría mucho que después de leerla no te unieses al club de fans de Gornick.

      Como siempre, un enorme placer recibirte, tus visitas enriquecen mucho el blog.

      ¡Un beso!

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  3. Este artículo me ha hecho reflexionar:
    – Lo primero, me han resultado muy atractivos los cuatro libros que reseñas, sobre todo los dos primeros. Espero poder leerlos pronto.
    – Lo segundo, me encanta el cine, no he visto «El padrino», me encanta leer, tengo pendiente el «Quijote», escucho música sin para, no tengo ni idea de quién es el tal Crimson. Sin conflictos. No entiendo esta absurda urgencia que reina en las redes y en nuestras vidas… Se llega cuando se llega.
    -Me gusta mucho eso de leer un libro de cuentos o de relatos poco a poco, dándoles a cada uno su espacio.
    Es un placer leerte.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

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